lunes, 19 de marzo de 2012

Dime como te vistes y te diré quien eres


Mucho se habla de las tendencias de la moda actual, pero se ha dejado un poco abandonado el tema de cómo esas tendencias se adaptan a las mujeres comunes.

 Ver a la modelo en pasarela o portada de revista luciendo los atuendos que cada temporada los diseñadores crean, es algo muy diferente a la vida real: la prenda puesta en la mujer que no es esclava del gimnasio o las dietas rigurosas para conservar una talla XXS.

El objetivo entonces se dirige a encontrar dentro del variado mundo de la moda todo aquello que sea adaptable a nuestra edad, talla y personalidad, sin caer en el inconveniente juego de ser víctimas de  la moda.

Ese famoso lema de “dime como te vistes y te diré quien eres” pareciera ser la consigna popular de todo aquel que decide seleccionar a sus amistades,  empleados y demás solo por su apariencia… 
Lamentablemente es una inevitable realidad: solo basta observar como una persona que va vestida impecablemente es mejor recibida que otra persona la cual no le presta interés a su manera de vestir.


La experiencia nos ha demostrado que la personalidad va muy de la mano con los atuendos que utilizas. Desde tiempos inmemorables los trajes eran parte importante dentro de la comunidad pues con ellos la persona que lo portaba denotaba su poder ante el mundo; actualmente no parece haber cambiado el comportamiento humano en ese sentido. Es por esto que surge la necesidad en el  medio de identificarnos bien sea con una ideología o grupo y esa identificación se demuestra a partir de nuestra apariencia personal: es allí donde nace lo que se conoce como “estilo”, que va ligado profundamente con la personalidad de cada individuo y que por tanto se debe respetar. Esto quiere decir que para brillar con luz propia no necesitas ser un fashionista o trabajar en ese mundo, simplemente debes respetar tu autenticidad como ser humano y no pretender  “disfrazarte” como el maniquí de la vitrina. El estilo nace de nuestro interior, el primer paso es  identificarlo para después pulirlo.

Pero cómo se logra identificar un estilo?  
En mi siguiente blog te lo diré...

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